En el marco del Congreso nacional en el NH Gran Hotel Provincial, los profesionales de terapia intensiva debaten hasta mañana sobre las problemáticas de la especialidad y los avances tecnológicos. Quejas por la falta de personal y la ausencia de recomposición salarial.
Con la alegría de volver a encontrarse después de dos años de virtualidad, los discursos oficiales y la presentación de la Guardia Nacional del Mar, anoche quedó inaugurado oficialmente el 32° Congreso Argentino e Internacional de Terapia Intensiva, organizado por la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva (SATI). Bajo el lema “Tiempo de reencuentro y gestión de cambio”, se extenderá hasta mañana en el NH Gran Hotel Provincial.
En el año que SATI cumple medio siglo de vida, el presidente de la entidad, doctor Guillermo Chiappeto, celebró el encuentro con sus colegas y consideró que “no hay nada mejor que estar cara a cara y compartir las vivencias”. Al mismo tiempo, calificó como “especial” ocupar su posición en la sociedad que nuclea a “unos dos mil profesionales en todo el país”.
Asimismo, ya de lleno en la profesión, afirmó que la terapia intensiva es “una especialidad en crisis”, debido a que después del Covid “somos menos intensivistas, porque muchos profesionales decidieron abandonar la especialidad y otros estamos con muchas dificultades económicas”.
“Fuimos el centro de atención -añadió- pero nunca tuvimos una recomposición salarial suficiente, nunca se trataron las condiciones laborales. Trabajamos lo mismo que en la prepandemia pero con todo el equipo mucho más desgastado. Y todo el personal, no solo los médicos”.
Por su parte, la presidenta del 32° Congreso Argentino e Internacional de Terapia Intensiva, Rosa Reina, también se alegró por el encuentro y describió que en muchas de las ponencias se expresarán “sobre lo que pasó en la pandemia, con el equipo, con los pacientes, cómo se fueron modificando y adecuando los sistemas, las diferencias con la prepandemia y la pospandemia, que es lo que viene”.
Además de recordar que muchos colegas “sufrieron y sufren las secuelas de la enfermedad y algunos fallecieron”, se quejó porque desde los ministerios de Salud “no toman en cuenta cómo quedamos, con el cansancio y el agotamiento emocional. No se formaron equipos para transitar esta situación posterior”.
“Nosotros seguimos trabajando -agregó- cuando las instituciones quedaron con más camas (de terapia intensiva) pero con menos personal. No hay políticas de salud para formar un equipo de apoyo”.
Con mas de treinta años de experiencia, ambos médicos reconocieron que nunca habían tenido que atravesar una situación profesional como la del Covid. Si bien recordaron lo atravesado con la Gripe A, aclararon que “esto fue distinto”.
También insistieron con el reclamo “de formación de políticas de salud a los ministerios y en unión con las facultades de Medicina, porque la especialidad de terapia intensiva no está como materia obligatoria. La tienen muy pocas universidades en el país como materia opcional, por lo que los médicos salen sin conocer la especialidad”.
Casi 300 disertantes nacionales y 100 internacionales forman parte del evento de modalidad híbrida (presencial y virtual), con ponencias en distintos formatos.
Hoy, entre las 13 y 14, se desarrollará un simulacro de evacuación y cuidados críticos denominado “Oxigenoterapia en una situación de emergencia”, en la Rambla.
El cierre será mañana, con una gran cena de gala, oportunidad en la que también se celebrarán los cincuenta años de SATI.